En una sociedad acostumbrada a tomar pastillas a la mínima molestia y en la que se abusa sobre todo del Ibuprofeno (relacionado últimamente con ICTUS y accidentes cerebro vasculares) o del paracetamol (al que se relaciona con posibles daños hepáticos) es bueno que existan alternativas naturales, que tienen muchos menos efectos secundarios que los medicamentos de síntesis química.

Recurrir a los antiinflamatorios naturales, como el Harpagofito, es una buena opción sobre todo en procesos crónicos ya que, además de causar menos efectos secundarios, resulta más eficaz que los antiinflamatorios tradicionales para las patologías de larga duración. Esta planta natural se puede usar también en procesos agudos, aunque hay que tener en cuenta que en estos casos su velocidad de actuación es más baja que la de los medicamentos de síntesis química.

El tratamiento con Harpagofito puede ser adecuado, por ejemplo, para dos patologías típicas como son la artrosis y la artritis, ya que ayuda a controlar el dolor y la inflamación causadas por las mismas.

Además de sus propiedades como antiinflamatorio, el Harpagofito, al igual que muchos productos naturales, es un potente antioxidante y posee propiedades depurativas pues ayuda a controlar y a disminuir los niveles de ácido úrico en el organismo.

La principal precaución que debemos tener con el Harpagofito es el no superar la dosis máxima indicada, siguiendo las pautas del fabricante, y no prolongar más de un mes el tratamiento para tratar de evitar irritaciones de la mucosa gástrica. Por ello, las personas que puedan tener ya instalada alguna patología del tracto digestivo deben consultar con un experto antes de empezar a tomarlo